diciembre 11, 2011



Nada se compara con verte
y en las noches respirar de tu aire,
ese aire misterioso que se funde entre tus sabanas
llevándome hacia un halo de luz
que me apacigua
hasta dejarme inundada de un calor…
un calor que se asemeja al de una hoguera
en donde arden todas las promesas de viejos amores
que vos cumplís sin darte cuenta…
Tu piel en toda su extensión
me invita a abrigarte
darte un poco de esa paz
que transmite un abrazo en noches de tormenta…
Entonces nada está perdido
porque estamos vos y yo
abrazándonos interminablemente
hasta que el día nos invite a la rutina.
Entonces nada es imposible
porque en los instantes que estamos juntos,
duramos más que el tiempo
creamos la inmortalidad de nuestras almas,
y sellamos ese pacto con dulces besos
de lenguas enredadas.
Y la vida se transforma en sonrisa
cada vez que te extraño,
porque se que mas allá de las distancias obligadas
tenemos todavía un encuentro esperando….


Poner como excusa las diferencias: ya que es menos duro que contar que me falta valor.





Invitamos a tus abdominales y a mis piernas,
llamamos hasta a las huellas digitales.





Dejamos pasar a los deseos y en la puerta todo aquello

que sabemos que estábamos haciendo mal.



Optamos por un contacto,
por aparcar la pasión y
acrecentar el juego.








Llamamos a nuestros cuerpos completos,
músculos y órganos entrelazados,
tocamos la puerta a la imaginación y a dejarnos llevar
por el instinto mas elemental.

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