A pesar de la corriente, los remolinos, el oleaje y el mal tiempo, a pesar de estar agotada me encamine hacia un nuevo puerto. Fueron muchos los caminos, pero mis decisiones los redujeron, y entre dos opciones elegí este puerto. Me vi llegar, plantar los pies en tierra firme después de sentirme a la deriva en busca de algo que vallan a saber que es. Pero estacione, desembarque, tire los remos y me aleje, tal vez un tiempo en tierra, sin buscar nada, me ayude a encontrar mi ritmo, mi esencia que suelo tenerla un poco olvidada.

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