...dejarlo correr al olvido y sostenerse, otra vez solo, en ese nuevo peldaño de realidad abierta y porosa.
Hubiera sido tan facil organizar un esquema coherente, un orden de pensamiento y de vida, una armonia. Bastaba la hipocresia de siempre, elevar el pasado a valor de experiencia, sacar partido de las arrugas de la cara, del aire vivido que hay en las sonrisas o los silencios de mas de tantos años. (...) Un escepticismo discreto, un aire de estar de vuelta, un ingreso cadencioso en la madurez...
Y todo eso tan ridiculo podria ser peor en otros planos... lentamente se va sacando del bolsillo del chaleco la bandera de la rendicion. Podia ocurrir que la traicion se consumara en una perfecta soledad, sin testigos ni complices: mano a mano.
En la mas completa libertad aparente, sin tener que rendir cuentas a nadie, abandonar la partida, salir de la encrucijada y meterse por cualquiera de los caminos de la circunstancia, proclamandolo el necesario o el unico. El era uno de esos caminos... la fiaca era otro y la meditacion al soberaro cuete era otro.
Caminar con un proposito que ya no fuera el camino mismo... asi habria tenido un sentido, asi el dejaria de ser un objeto perdido para volverse la imagen de una posible reunion- pero no ya con el sino mas aca o mas alla de el; por el pero no el- ..... pero cuantas veces habia cumplido el miismo ciclo... cuantas veces habia llegado a conclusiones parecidas, se habia sentido mejor, habia creido poder empezar a vivir de otra manera.
J. Cortazar.
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