Entonces en estos diecinueve años me sentí morir muchas veces y morí, estoy segura de que lo hice, me despegue de mí para observarme desde la más posible distancia, me mire, me vi, tan frágil y desmembrada en los escombros de un pasado como pozo hondo que parecía ser imposible de abandonar. Estaba disgustada por la vida, yo elegí muchas de mis muertes, algunas veces renacía pero otras veces solo moría y volvía a morir después de muerta. Pero siempre era así, en algún momento renacía de entre las cenizas y creo que todos lo hacen, creo que es una especie de mutación necesaria, verse muerta por el dolor y odiarte muerta también, y al odiar verte así… surge la necesidad de volver a respirar con ganas, por vos, por el simple hecho de que estar muerta en vida es una muerte mas fatal que aquella en la que ya no se respira, es más doloroso. Entonces al renacer por ese amor propio que se presenta cuando te vez peor que nunca, comprendes que la vida es eso… morir unas cuantas veces para que en esas muertes te desprendas del pasado y luego renacer con la sabiduría que nos regala la experiencia, renacer para ser libres de ataduras y atravesar nuevos caminos.
“Me permitiré morir cuantas veces sea necesario, para renacer y ser mi mejor versión”
Fragmento.

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