Dos cuerpos
Se ven
Se reconocen
Se sienten
Se acarician
Se unen
Sabanas con aroma a par de almas mezcladas
Cuatro pies en la punta de la cama
Dos brazos (los tuyos) enlazan al otro cuerpo (el mío) infinitamente.
Manos suaves dibujan una melodía única y salvaje en cada uno de los cuerpos.
Eco de dos corazones acelerados que laten al compás de las caricias.
Y un beso eterno que sella un momento fugaz en el que los dos fueron (fuimos) uno.
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